Consejos para evitar algunos problemas comunes que aparecen en el embarazo (estreñimiento, gases, nauseas)
Debido a que el hierro en las vitaminas prenatales y otros factores puede que te causen estreñimiento durante el embarazo, es una buena idea consumir más fibra de lo que solías antes de quedar embarazada. Intenta ingerir de 20 a 30 gramos de fibra al día. Las mejores fuentes son las frutas frescas, los vegetales, los panes y cereales integrales.
Algunas personas toman suplementos de fibra, bebidas u otros productos altos en fibra disponibles en la farmacia, pero debes consultar con tu doctor antes de probarlos. No utilices laxantes mientras estés embarazada salvo que tu médico te recomiende hacerlo. Y evita el viejo el aceite de ricino, porque puede interferir en el proceso de absorción de nutrientes de tu cuerpo.
Si el estreñimiento es un problema para ti, tu médico puede recomendarte un medicamento para ablandar las heces. Asegúrate de tomar mucho líquido, especialmente agua, cuando incrementes tu consumo de fibra, de no hacerlo así, podrías estar agravando el problema. Una de las mejores formas de evitar el estreñimiento es hacer más ejercicio. También deberías tomar más agua entre comidas cada día para ayudar a ablandar las heces y lograr que puedan tener movilidad a través de tu sistema digestivo. Algunas veces el té caliente, las sopas o ambos pueden ayudar. Toma frutos secos cuando tengas apetito entre comidas.
Algunas mujeres embarazadas descubren que el brécol, las espinacas, la coliflor y las comidas fritas les producen gases o acidez estomacal. Si es así, evita estos alimentos.
Pica nada más levantarte para evitar las náuseas del embarazo
Un estómago vacío hace que las náuseas sean más probables. No pongas el pie en el suelo hasta que hayas mordisqueado una tostada o un trozo de galleta. Mejor aún, si tu pareja te trae el desayuno a la cama. Dale preferencia a los sólidos antes que a los líquidos: beber demasiado puede provocar vómitos, sobre todo si eres propensa a las náuseas. Otro consejo contra las náuseas: una vez que hayas terminado el tentempié, espera entre quince y veinte minutos antes de levantarte, pero evita acostarte justo después de comer. Entonces puedes beber.
Reparte tus comidas
Comer poco y a menudo debería ser tu credo contra las náuseas. Lo ideal es comer cinco minicomidas al día, o más si es necesario, para no tener que ayunar ni tener el estómago demasiado lleno. Desayuna, luego merienda hacia las 11-11:30 horas, almuerza, merienda y cena. Las cantidades más pequeñas harán que sea más fácil digerir lo que comes. Mala idea: saltarse una comida (deberías hacer al menos cuatro comidas al día).
Come lo que te gusta
Evita los alimentos que huelen o tienen un aspecto desagradable. El placer de los sentidos es esencial para mantener el apetito y las ganas de comer. No te obligues a comer lo que no te gusta porque es bueno para tu bebé. Si tus comidas son un poco menos equilibradas durante unas semanas, no es un gran problema. Comer lo que quieras, una solución eficaz contra las náuseas. Pero recuerda que hay alimentos que deben evitarse ⇒ ¿Qué alimentos deben evitarse durante el embarazo?
Favorecer los alimentos ligeros
Evita los platos pesados, grasos o picantes (guisos, patatas fritas, platos exóticos como el chile con carne...). Opta por los alimentos neutros, de sabor suave, que son naturalmente anti-náuseas: purés, carnes a la plancha, pescados escalfados, verduras cocidas, frutas... que se comen lentamente.
Cuida tu olfato
Los olores fuertes son un desencadenante de las náuseas. Si te resulta difícil tolerarlos, evita las bocanadas de perfume, el humo de los cigarrillos, los olores de la cocina y los de la comida. Evita comer alimentos fuertes como el queso (recuerda que hay varios tipos desaconsejados ante el riesgo de toxoplasmosis), las salsas, los platos demasiado grasos... Si otra persona puede cocinar por ti, mejor. Ventila las habitaciones para evitar que los olores se estanquen en casa. En general, hay que evitar los espacios cerrados donde hace calor. El calor agrava las náuseas.
Beber fuera de las comidas
Evite beber en la mesa, la mezcla de sólidos y líquidos amplifica la sensación de estómago desbordado. Fuera de las comidas, bebe frecuentemente pequeñas cantidades de líquido (para evitar la deshidratación). El agua con gas y la Coca-Cola (en su versión con cafeína y edulcorada) son anti-náuseas, pero no abuses de esta última, que sea algo esporádico. Acuérdate de removerlo para que desaparezcan las burbujas si sufres de hinchazón... Además, reduce el consumo de té, y sobre todo de café: bebido en cantidades excesivas, "revuelve" el estómago.
Descansa un poco
Las náuseas tienden a aumentar con el estrés, la fatiga y la falta de sueño. Así que no exageres. Vivir a cámara lenta durante las pocas semanas que tienes náuseas es una buena forma de prevenirlas. En la oficina, evita las discusiones acaloradas y los nervios, y acuéstate temprano por la noche. Duerme una siesta el fin de semana para recuperarte. Delega en el futuro padre o en los abuelos la mayor parte posible de las tareas domésticas y del cuidado de los mayores. Nadie te pide que seas una supermujer.
Posponer la siesta
Evita acostarte inmediatamente después de las comidas. Espera al menos media hora o incluso una hora para que la siesta se convierta en una solución contra las náuseas. Mientras puedes hacer otras cosas como, Lavar los platos, ordenar o dar un pequeño paseo digestivo...
¿Cuándo hay que preocuparse?
Puede ocurrir que las náuseas y los vómitos prolongados provoquen una importante pérdida de peso, lo que puede provocar la deshidratación de la futura madre. A continuación, se la hospitaliza y se le administran fármacos antivomitivos en infusión antes de volver a alimentarla gradualmente. Además, si las náuseas acompañadas de vómitos aparecen en el segundo o tercer trimestre, la futura madre debe hablar con su médico. Esto puede ser un signo de enfermedad hepática y todas estas soluciones contra las náuseas son ineficaces.
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