Durante el embarazo, es esencial comprobar que no te faltan ciertos oligoelementos, como el yodo, el cobre y el hierro. Este mineral es especialmente importante para la salud de las mujeres embarazadas.
En la sangre hay glóbulos rojos que contienen hemoglobina. La hemoglobina contiene hierro que lleva oxígeno a los órganos de todo el cuerpo. Sin embargo, durante el embarazo, el volumen de sangre aumenta. Por lo tanto, la mujer embarazada necesita más hierro para que sus órganos funcionen correctamente.
El parto provoca una hemorragia bastante grande y una gran pérdida de hierro. El riesgo de anemia aumenta en este momento. Por lo tanto, es importante tener un buen nivel de este oligoelemento antes de dar a luz.
Necesidades de hierro durante el embarazo
Se calcula que durante los 9 meses de embarazo, una mujer embarazada necesita unos 1.000 mg de hierro. De este total, 800 mg (aproximadamente) se utilizan para formar al bebé y para aumentar el volumen de sangre de la madre (el resto no se utiliza y se pierde). Cuando no está embarazada, las reservas de una mujer son de unos 300 mg.
Durante el primer trimestre del embarazo, al no haber menstruación (por tanto, no hay pérdidas de sangre), la necesidad de hierro no aumenta realmente. Sin embargo, durante los dos trimestres siguientes, la necesidad de hierro aumenta de forma constante, hasta alcanzar los 30 mg diarios.
Como el cuerpo humano es incapaz de fabricar hierro por sí mismo (aunque puede almacenarlo), es necesario consumir alimentos que lo contengan. No te asustes, con una dieta variada y equilibrada, estas necesidades suelen estar cubiertas.
¿Cómo saber si tengo falta de hierro?
Lo primero que hay que buscar son ciertos síntomas. Si te sientes especialmente cansada, sin aliento o pálida, puede deberse a una carencia de hierro. Para comprobarlo, se puede observar primero la membrana mucosa del interior del ojo. Normalmente, es de color rojo, pero si es casi blanco, significa que hay una falta de hierro.
El especialista también recuerda que la carencia de hierro es muy fácilmente detectable en los distintos análisis de sangre que se realizan durante el embarazo.
¿Cuáles pueden ser las consecuencias de una deficiencia?
La futura madre puede sentirse más cansada y menos en forma. El bebé, en cambio, se nutre directamente de las reservas de su madre. Por lo tanto, no le faltará directamente el hierro. Sin embargo, una deficiencia puede conducir a un aumento de peso más lento para el bebé. Por lo tanto, es probable que sea más pequeño al nacer.
¿Cómo se puede asimilar mejor el hierro?
Hay que tomar algunas precauciones para sacar el máximo provecho de los suplementos de hierro. Es más eficaz tomar la pastilla con el estómago vacío. En cualquier caso, no debe tomarse con el té. Esta bebida contiene taninos que reducen la absorción del hierro.
También puedes tomar vitamina C o ácido fólico -también conocido como vitamina B9- que ayudan a la absorción del hierro.
¿En que alimentos puedo encontrar hierro?
A pesar de que este nutriente se puede encontrar en distintos tipos de alimentos, el hierro procedente de la carne se absorbe más fácilmente que el de origen vegetal. Entre los alimentos ricos en hierro se incluyen:
- Yema de huevo (bien cocida para evitar el riesgo de salmonelosis)
- Carne roja (bien cocinada)
- Morcilla (bien cocida o recocida)
- Marisco (almejas, bígaros o mejillones)
- Pescado azul (sardinas, arenque, caballa, salmón...)
- Legumbres: lentejas, judías blancas, garbanzos...
- Hierbas aromáticas: perejil, tomillo
- Especias: cilantro, comino, curry.
- Tofu
- Cereales enriquecidos con hierro
- Frutos secos
- Verduras de hoja verde oscuro
Termina la comida con una fruta rica en vitamina C, aumenta la absorción del hierro.
Alimentos prohibidos
Aunque se encuentran entre los alimentos más ricos en hierro, el consumo de vísceras y despojos (hígado, riñones, etc.) está totalmente contraindicado durante el embarazo, ya que pueden haber acumulado numerosas sustancias perjudiciales para el bebé.
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