Estás embarazada: ¡felicidades! Pero es posible que tengas algunos sentimientos encontrados por el hecho de traer un nuevo bebé a casa cuando ya tienes uno o varios hijos en casa. Antes que nada, tienes que saber que es normal tener una serie de sentimientos ante los cambios que se van a producir en tu familia, y seguramente tus hijos también los tendrán.
La mejor forma de enfrentarse a las emociones es escuchando y aceptando, pero sin tener la necesidad de arreglarlas o minimizarlas ("He oído que no quieres un nuevo bebé en la familia, eso suena duro"). Y procura no tomarte los sentimientos como algo personal: todas las personas podemos sentirnos de muchas maneras y no actuar en consecuencia. Los niños suelen expresar sus sentimientos para ver qué tal les van. Cuando te enfrentes a sus emociones con serena ecuanimidad y les demuestres que les quieres a pesar de lo que sientan, se sentirán más tranquilos y seguros.
Sin embargo, está bien poner límites. Por ejemplo, está bien sentir cualquier cosa, pero no está bien hacer daño a la gente por lo que sientes. No te olvides de validar también tus propios sentimientos: Admite que un gran cambio, como la llegada de un nuevo hijo al mundo, puede ser difícil y complejo.
La llegada de un nuevo hermano puede ser difícil, pero también increíble. La lectura de libros sobre el tema es una forma estupenda de preparar a los niños para los altibajos de la inminente llegada de un hermano. Aquí tienes algunos cuentos.
Procura no hacer grandes cambios relacionados con el bebé. Por ejemplo, si quieres cambiar a tu hijo pequeño de la cuna a una cama gemela, no lo hagas en función del nuevo bebé. En vez de mencionar que el nuevo bebé necesitará la cuna, enfócate en que la nueva cama será muy cómoda y que le ayudará a dormir muy bien. Si dispones de tiempo, permítele decidir cuándo quiere cambiar de cama.
En este sentido, aunque siempre hagas algo por tus hijos mayores, durante el embarazo hazles ver que pueden hacer cosas por sí mismos y que otros adultos también pueden ocuparse de ellos. Ya sea tu pareja u otros familiares y cuidadores, acostúmbrales a que otra persona les prepare la comida y les acueste (o a que ellos hagan algunas de estas tareas por sí solos, si es apropiado para su edad). Al igual que en el caso anterior, intenta que la transición sea gradual y no menciones la relación con el bebé.
Reserva tiempo para conectar con tus hijos mayores durante el embarazo. Seguramente pasarás algún tiempo lejos de tus hijos mayores cuando nazca el bebé, así que es bueno que pasen momentos agradables juntos antes del nacimiento. Organiza una lectura conjunta, una excursión especial al parque de vez en cuando o hazles partícipes de los preparativos del bebé.
Planifica el cuidado de tus hijos durante el parto y después del mismo. Tener claro quién va a cuidar de los niños mientras traes al mundo a su hermano te ayudará a ti y a ellos a sentirse más cómodos. Si cuentas con familiares o amigos íntimos dispuestos a estar disponibles, ¡genial! En caso contrario, considera la posibilidad de contratar a una doula de hermanos, que estará disponible para cuidar de los niños durante el nacimiento de su nuevo hermano.
Para terminar, ten confianza en que tus hijos mayores estarán bien. Este es un gran cambio para todos, pero con un poco de paciencia y tolerancia para todos, todo saldrá bien. Puede ser una temporada difícil con el nuevo bebé, pero las cosas cambian rápido con los niños y los bebés.
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