Es importante beber mucha agua mientras estés embarazada: Aquí explicamos por qué
Durante el embarazo necesitamos agua adicional para hacer frente a las demandas de nuestro cuerpo en constante cambio y para mantenernos en forma y bien.
Pero, ¿por qué el agua es tan importante?
El agua es necesaria para eliminar toxinas, ayudar a la digestión y asegurar que nuestros cuerpos absorban los nutrientes esenciales de los alimentos que comemos. También ayuda a restaurar y revitalizar nuestros cuerpos.
Durante el embarazo, estas funciones esenciales son aún más importantes a medida que nos esforzamos por hacer frente a los cambios corporales y a mantener un entorno saludable para nuestro bebé por nacer. El agua también es un componente clave de la leche materna, por lo que es esencial para una buena lactancia.
El peso corporal de un adulto se compone de entre 50-70% de agua y, sin recargas regulares, el tiempo de supervivencia de nuestro cuerpo se limita a una cuestión de horas o días.
Absorbe los nutrientes esenciales
El agua es un componente importante de nuestra sangre, que transporta nutrientes esenciales a las células y elimina los productos de desecho nocivos. También ayuda a nuestro cuerpo a absorber los nutrientes esenciales de los alimentos y acelera la velocidad a la que se absorbe la glucosa, lo que aumenta nuestros niveles de energía.
El adulto promedio pierde aproximadamente dos litros de líquido por día, incluso más cuando hace calor, durante el ejercicio o cuando llevas un peso extra durante el embarazo. Es vital que estos líquidos se repongan regularmente.
Cómo afecta el agua en el embarazo
Cuando el cuerpo no obtiene suficiente líquido se deshidrata, lo que, incluso en casos leves, puede provocar problemas de salud como estreñimiento, dolores de cabeza, ansiedad, fatiga y piel opaca. En el embarazo, la deshidratación severa puede causar abortos y parto prematuro.
El agua potable rehidrata nuestros tejidos y mejora nuestra complexión. Algunas mujeres embarazadas encuentran que el agua a intervalos regulares realmente puede aliviar los síntomas de las náuseas matutinas, la acidez estomacal y la indigestión.
Beber mucha agua también diluye la orina, reduciendo el riesgo de infecciones urinarias, que pueden ser comunes en el embarazo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una ingesta diaria de entre 1,5 y dos litros de agua (ocho vasos de 250 ml).
Cuando se está embarazada, esto debería aumentar de dos a cuatro vasos (hasta tres litros) por día si el clima es cálido o si se hace ejercicio.
6 formas de aumentar tu ingesta diaria de agua:
- Bebe un vaso de agua cuando te levantes por la mañana en lugar de té descafeinado o café descafeinado.
- Cada vez que vayas al baño, pasa por la cocina y toma agua para reemplazar el líquido perdido.
- Toma un trago de agua justo antes de ir a dormir.
- Evita llegar a tener sed. La sed es un síntoma de deshidratación, así que no intentes privar a tu cuerpo de agua para que no llegue a esta etapa.
- Mejora tu ingesta de líquidos comiendo frutas y verduras acuosas, como sandía y pepino, e incluye guisos, sopas y licuados en tu dieta.
- Evita las bebidas con cafeína y las bebidas con alto contenido de azúcar, ya que pueden empeorar la deshidratación.
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