La arena y las heces de gato pueden contener un parásito llamado Toxoplasma gondii que causa infección por toxoplasmosis. Si una mujer contrae toxoplasmosis por primera vez cuando está embarazada, o hasta tres meses antes de la gestación, puede transmitirse a su bebé por nacer y causarle serios problemas de salud. También puede aumentar el riesgo de aborto espontáneo o muerte fetal.
Si estás embarazada o tratando de concebir debes evitar cambiar la arena donde el gato deposita las heces. Si nadie puede ayudarte con la tarea, siempre asegúrate de usar guantes desechables que deberás eliminar después de cada uso. Recuerda que la arena para gatos se debe cambiar todos los días y que la bandeja hay que limpiarla a fondo con agua caliente y jabón para evitar que los parásitos se vuelvan infecciosos, lo que ocurre después de 24 horas.
Si has estado tocando un gato, asegúrate de lavarte bien las manos después e intenta evitar gatos que no estén sanos.
Si te gusta la jardinería, también debes usar guantes en caso de que el suelo tenga heces de gato, y luego lava muy bien las manos y los guantes. Esto se aplica incluso si no tienes un gato, ya que los gatos del vecindario podrían haber usado tu jardín para hacer sus necesidades. Si tienes niños mayores y tienen una zona de arena para jugar, asegúrate de cubrirlo durante la noche.
Para protegerte aún más a ti y a tu bebé de la toxoplasmosis, asegúrate de lavar todas las frutas, verduras y ensaladas (incluidas las ensaladas preparadas) a fondo, para eliminar todo rastro de suciedad.
¿Cuáles son las posibilidades de toxoplasmosis?
La toxoplasmosis solo puede contagiarse una vez y después de haberla tenido, te vuelves inmune. Es posible que ya la hayas tenido en algún momento sin darte cuenta ya que los síntomas son muy leves. La probabilidad de tenerla por primera vez durante el embarazo es muy escasa.
Se estima que solo 1 de cada 200 mujeres que desarrollan la infección lo hacen por primera vez en el embarazo. Incluso si eres una de ellas, no necesariamente significa que la infección se transmitirá al bebé.
Síntomas de toxoplasmosis
La mayoría de las personas infectadas con toxoplasmosis no se sienten mal y ni siquiera saben que lo han contraído. Algunos pueden experimentar síntomas similares a los de la gripe con dolor de glándulas y dolor muscular. Si te preocupa haber estado en contacto con el parásito toxoplasma, consulta con el médico o matrona. Te puedes hacer una prueba de sangre para verificar tu inmunidad a la infección y, en el caso poco frecuente de que hayas desarrollado la infección, se realizará una prueba al bebé y se administrará el tratamiento.
Otros lugares donde puede encontrarse la toxoplasmosis
El parásito también se puede encontrar en la carne cruda o poco cocinada, carne cruda curada como salami o jamón ibérico (serrano o de Parma) y leche de cabra no pasteurizada. Las ovejas también pueden portar el parásito, por lo que las mujeres embarazadas deben evitarla.
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