Josymar nos ha enviado la eco de su bebé. Ecografía de 29 semanas de gestación.
¿Cómo es un feto de 29 semanas?
A las 29 semanas de embarazo, el feto ha alcanzado un tamaño considerable. Pesa aproximadamente 1.250 gramos y mide alrededor de 37 centímetros de largo. Su cuerpo ya está bastante desarrollado, pero aún hay algunos detalles que se perfeccionarán en las semanas restantes antes del nacimiento.
Algunos aspectos clave del desarrollo fetal en esta etapa son:
- Los pulmones continúan madurando. Aunque ya están bastante desarrollados, todavía necesitan más tiempo para producir suficiente surfactante, una sustancia que permite que los pulmones se expandan correctamente al respirar.
- El cerebro está creciendo rápidamente. Las circunvoluciones cerebrales (pliegues) se vuelven más marcadas, lo que facilita el desarrollo de conexiones neuronales. El feto ahora tiene mayor capacidad para regular su temperatura y controlar sus movimientos.
- Los sentidos están más afinados. Tu bebé puede escuchar con más claridad los sonidos del exterior y responder a ellos. También puede abrir y cerrar los ojos y percibir cambios en la luz.
- El sistema inmunológico se está fortaleciendo, recibiendo anticuerpos a través de la placenta, lo que lo prepara para luchar contra posibles infecciones una vez que nazca.
Movimientos fetales: ¿Qué puedes sentir?
A estas alturas, los movimientos de tu bebé son muy notables. Sentirás pataditas, giros y estiramientos a lo largo del día (y a veces durante la noche). Cada embarazo es diferente, pero si sientes que tu bebé se mueve menos de lo habitual, es importante que consultes con tu médico.
Además, el espacio dentro del útero comienza a ser más limitado, lo que podría hacer que los movimientos sean un poco más “contenidos”. Es decir, quizás sientas menos golpes fuertes y más movimientos suaves, ya que tu bebé está un poco más apretado en su hogar temporal.
Posibles preocupaciones: ¿Qué complicaciones pueden surgir?
En esta etapa, algunas mujeres pueden desarrollar condiciones como la preclampsia, que se caracteriza por hipertensión y proteínas en la orina. Si notas síntomas como hinchazón extrema, dolor de cabeza persistente o visión borrosa, debes consultar a tu médico inmediatamente.
Además, aunque tu bebé está bastante desarrollado, un parto prematuro a las 29 semanas aún supone riesgos. Si notas contracciones regulares, pérdida de líquido amniótico o sangrado, busca atención médica de inmediato. Los avances médicos han permitido que los bebés nacidos a esta edad tengan altas tasas de supervivencia, pero todavía necesitarían cuidados especializados en una unidad de neonatología.