¿Son seguros los vuelos durante el embarazo?
Ahora que sabes que estás embarazada una de las posibles dudas que pueden surgirte es, ¿si es seguro volar? Y la respuesta es, Sí, para la mayoría de las mujeres, volar durante el embarazo es completamente seguro. Siempre que sigas algunas reglas simples y tu obstetra confirme que no hay problema, en la mayoría de los casos, puedes viajar sin tener que preocuparte, siempre y cuando no estés cerca de tu fecha de parto.
¿Es seguro para ti?
Viajar en avión es seguro para la mayoría de las mujeres embarazadas hasta las 36 semanas de gestación, especialmente si el viaje es corto y no hay situaciones en las que esté contraindicado volar. En casos de complicaciones médicas u obstétricas, es muy peligroso que el cuerpo esté expuesto a condiciones de vuelo. Volar puede hacerle daño a la embarazada o a su bebé con afecciones como hiperémesis gravídica (náuseas matutinas graves), hipertensión inducida por el embarazo o diabetes. Si estás embarazada de gemelos o tienes placenta previa, debes consultar a tu médico antes de volar, ya que podrías poner en riesgo al bebé.
Cuestiones Generales
- Náuseas: los cambios casi continuos en la altitud durante un vuelo pueden resultarte incómodos y causarte náuseas o mareos. Entonces, no esperes estar tan activa como siempre. Si tienes que comer antes y durante el vuelo, asegúrate de evitar los alimentos difíciles de digerir o los que te producen gases e hinchazón. Especialmente si estás en el primer trimestre del embarazo y sueles experimentar náuseas matutinas con regularidad, trata de mantenerte hidratada incluso si esto significa que irás al baño con más frecuencia.
- Trombosis: durante el vuelo, el mayor riesgo para ti como mujer embarazada es la aparición de trombosis. Que consiste en la formación de un coágulo de sangre en una vena de las piernas. Esto es raro, aunque grave cuando ocurre. El riesgo de contraer trombosis aumenta durante un vuelo porque se permanece sentado demasiado tiempo en la misma posición y la sangre no circula normalmente. Puedes reducir el riesgo de trombosis reservando un asiento al lado del pasillo. De esta manera, tendrás más espacio para estirar las piernas y mantenerte hidratada sin tener que preocuparte de molestar a los demás pasajeros si vas al baño con demasiada frecuencia. El uso de medias de soporte especiales (no medias normales, que aumentan el riesgo de desarrollar aftas) cuando vueles, ayuda a que la circulación fluya y alivia las venas inflamadas.
- Radiación: la radiación en vuelo proveniente del sol y los rayos solares pueden penetrar en el fuselaje del avión. Sin embargo, la mayoría de los médicos están de acuerdo en que, si bien los que vuelan cientos de veces al año pueden tener un riesgo para la salud debido al aumento de la radiación, el vuelo ocasional de una mujer embarazada no aumentará los riesgos de aborto espontáneo o defectos de nacimiento.
- Nacimiento prematuro: las posibilidades de trabajo de parto durante un vuelo son muy poco probables, pero por si acaso, debes saber que la capacitación de un asistente aéreo debería incluir cómo asistir un parto. Entonces, si te sientes mal y tienes contracciones regulares, no dudes en informar enseguida sobre tu situación. Siempre es mejor dejar que todos los que pueden ayudar sepan lo que está pasando.
Regulaciones de las líneas aéreas
Si tienes un embarazo saludable sin complicaciones, deberías poder volar hasta el octavo y, a veces, el noveno mes de gestación. Sin embargo, algunas aerolíneas no permiten que las mujeres embarazadas vuelen más allá del séptimo mes debido al riesgo de parto prematuro. Aunque no se le preguntará su fecha de parto cuando reserve su pasaje, es posible que se le pregunte en el aeropuerto, cuando presente su billete. A veces, si a los operadores les preocupa que tenga un embarazo muy avanzado con un alto riesgo de parto, pueden prohibir subir al avión. Para evitar este tipo de situaciones, es recomendable obtener un certificado del obstetra, médico o matrona que confirme la fecha de parto y que es poco probable que des a luz en las próximas 72 horas. Estas restricciones varían de una aerolínea a otra, así que pregunta cuando reserves el viaje. Recuerda tomar las mismas precauciones para el vuelo de regreso: como la edad gestacional será más avanzada, necesitarás que tu obstetra apruebe ambas fechas de vuelo. Siempre que sea posible, trata de evitar volar en aviones pequeños, ya que no tienen cabinas presurizadas. A grandes altitudes, hay menos oxígeno y el cuerpo tiene que trabajar mucho más para darle al bebé la misma cantidad de oxígeno.
3 consejos para un viaje agradable
- Comodidad: usa ropa que te haga sentir bien, preferiblemente prendas que sean fáciles de quitar cuando vayas al baño. Opta por ropa en capas porque la temperatura del avión se ajustará, ya que la temperatura durante el viaje puede variar significativamente. En caso de que tus pies se hinchen, elige zapatos cómodos. Si te preparas para viajes más largos, lleva contigo un par de calcetines gruesos o pantuflas para que puedas cambiarte durante el vuelo. Algunas mujeres eligen medias de apoyo cuando vuelan, ya que ayudarán a proteger los vasos sanguíneos.
- El asiento: Reserva un asiento que facilite tu estancia. Elije asientos ubicados en la sección central del avión, para evitar sentir las turbulencias. Además, ocupar un asiento cerca del pasillo asegurará más espacio para tus pies y un rápido acceso al baño. Cada 20 o 30 minutos, trata de mover un poco tus tobillos, piernas, cuello y brazos, ya sea estirándolos o girándolos. Unos pocos minutos de ejercicio pueden ayudarte a evitar una trombosis o el adormecimiento y calambres.
- Alimentos y agua: donde quieras que vaya o independientemente del transporte que elijas, siempre es bueno tener algún alimento a mano. Prepara unos sándwiches y otros tentempiés saludables y ponlos en tu bolso. Nunca se sabe cuándo vas a tener hambre. Además, siempre debes llevar una botella de agua u otros líquidos para mantenerte hidratada. Recuerda que la sed no siempre es el primer signo de deshidratación. En el avión, la humedad del aire es inferior a la normal, por lo que el cuerpo tiende a deshidratarse.
Excepto en circunstancias especiales, volar cuando estás embarazada es completamente seguro. No perjudicará ni a ti ni al bebé, por lo que si tienes un embarazo normal, puedes reservar un vuelo con toda tranquilidad. Si estás en una etapa avanzada de tu embarazo, consulta con tu obstetra o matrona y con la línea aérea.