¿Qué funciones tiene la placenta?
La placenta es un órgano que actúa como el sistema de soporte vital del bebé, separando su flujo sanguíneo del tuyo y proporcionándole oxígeno y nutrientes.
La placenta se desarrolla durante al principio del embarazo y generalmente se adhiere a la parte superior o lateral del revestimiento del útero. Una vez que la placenta está completamente desarrollada, alrededor de las 12 semanas, se necesita la producción de varias hormonas, incluidos los estrógenos y la progesterona, que controlan la mayoría de los cambios que ocurren en el cuerpo durante el embarazo.
¿Qué función tiene la placenta?
El cordón umbilical, que une al bebé al centro de la placenta, transporta el oxígeno y los nutrientes de tu cuerpo a través de la placenta hacia el bebé. Los anticuerpos, que ofrecen resistencia ante la infección, pasan al bebé de la misma manera, pero también lo hace el alcohol, la nicotina y las drogas, por lo que es muy importante evitarlos durante el embarazo.
La placenta también filtra los productos de desecho de tu bebé en el torrente sanguíneo para que puedan ser eliminados del cuerpo.
¿Qué pasa con la placenta después de que el bebé haya nacido?
Una vez que tu bebé nazca, hay dos opciones:
Es posible que prefieras permitir que esta tercera etapa del parto ocurra naturalmente; esto lleva más tiempo y puede causar más sangrado. Una vez expulsada a matrona o médico verificarán que no han quedado restos de placenta en tu interior.
También se te puede ofrecer una inyección para ayudar a estimular las contracciones a fin de acelerar la expulsión de la placenta.
Si tienes una cesárea, la placenta se extrae después de que haya nacido el bebé.
Problemas con la placenta
Aunque los problemas placentarios son raros, pueden ocurrir. Estas complicaciones incluyen:
- Placenta previa: también conocida como placenta baja, esta afección se produce cuando la placenta se encuentra en la parte inferior del útero, donde puede cubrir parcial o completamente el cuello uterino, bloqueando la salida del bebé. La posición de la placenta determinará la monitorización que recibirá y también si podrás dar a luz a tu bebé por vía vaginal o si se requerirá una cesárea.
- Desprendimiento de la placenta: es cuando la placenta comienza a desprenderse de la pared del útero y causa dolor constante en el abdomen, contracciones y sangrado vaginal. La gravedad de la condición depende de qué tan grande se haya separado una porción de la placenta del útero. Si el desprendimiento es menor, puedes ser hospitalizada hasta que cese la hemorragia, si es grave, se puede recomendar una cesárea.
- Placenta retenida: muy ocasionalmente, la placenta no se desprende del revestimiento del útero durante la tercera etapa del parto. Conocido como placenta retenida, esto puede conducir a una hemorragia grave, por lo que puede ser necesaria la extracción bajo anestesia. Si parte, pero no toda la placenta desaparece, o si las membranas se han quedado en el útero, esto puede causar una gran pérdida de sangre e infección, por lo que será necesario extirparlo con anestesia. Esto se conoce como evacuación de productos retenidos de la concepción. Si anteriormente pasaste por esta situación, es más probable que suceda en un parto posterior, por lo que es importante informarle al médico o matrona si quedas embarazada nuevamente.