¿Te resulta imposible encontrar unos zapatos elegantes y cómodos para ir al trabajo y a casa mientras estás embarazada? Tienes los pies hinchados. Necesitas un buen calzado que te proporcione estabilidad y apoyo a medida que tu peso aumenta y tu centro de equilibrio se desplaza.
El útero en crecimiento ejerce una gran presión sobre las venas de la región pélvica y ralentiza el flujo de sangre desde las piernas hasta el corazón. Esto hace que el líquido de las venas pase a los tejidos circundantes de los pies y los tobillos, lo que provoca una hinchazón.
Necesitas un calzado adecuado para el embarazo que no sólo te proporcione comodidad, sino que también mantenga a tu bebé a salvo.
Debido al aumento de peso, la altura del arco del pie se reduce. El arco se aplana y toca el suelo. Esto supone una tensión inusual en el ligamento de la fascia plantar (tejido que conecta el hueso del talón con los dedos del pie) que provoca dolor en los talones y en la planta del pie.
Tus zapatos no sólo te llevan a ti, sino también al bebé. No es de extrañar que hayas perdido la paciencia con los dedos de los pies, los tacones que provocan ampollas y las suelas duras y planas. Tus pies hinchados se merecen más.
Aquí tienes algunos consejos sobre cómo elegir y buscar calzado:
Es importante que elijas un calzado que sea fácil de poner sin necesidad de agacharte (¡la barriga puede dificultar esa tarea!). Las zapatillas sin cordones son las más adecuadas.
Elige un calzado que sujete el arco y el tobillo. Los tobillos y los pies se resienten y la afección empeora si no llevas el calzado adecuado. Un calzado con buena sujeción y comodidad reducirá los dolores articulares que experimentas al caminar.
Considera la posibilidad de comprar un calzado que sea media o una talla más grande que tu talla real. Este espacio extra es necesario para tus pies, ya que se hincharán en algún momento del embarazo.
Elige un calzado de suela plana durante el embarazo. Si no quieres un calzado completamente plano, puedes elegir tacones, pero que sean bajos y anchos. Los tacones anchos te ayudarán a distribuir el peso sobre las plantas de los pies y a prevenir o reducir el dolor de pies. Los tacones bajos reducirán las posibilidades de que te caigas o tropieces. Asegúrate de que el tamaño del tacón no supera los cinco centímetros. El tacón no debe ser puntiagudo.
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